sábado, 13 de junio de 2015

Cuidado con el ultramaratón

Reportaje publicado en el Boletín de I+D+i de la Universidad de La Laguna

Bryan Trujillo

Como el amor, correr es un proceso bioquímico. Cuando iniciamos el ejercicio, nuestro cuerpo reacciona y segrega endorfinas. Esta sustancia nos anestesia y nos hace sentir felices. Tiene efectos opiáceos; de hecho, engancha. Inhibe nuestros receptores del dolor. Hace que podamos estar activos durante más tiempo. No existen evidencias científicas que respalden la teoría de que correr por un paraje bello libera aún más endorfinas, pero en los últimos tiempos, los espacios naturales de Canarias, y de medio mundo, se han llenado de atletas.Correr por montaña es la nueva moda, y el ultramaratón -que supera los 42 Km- se ha convertido en el nuevo hito deportivo. Pero correr largo, además de endorfinas, puede generar problemas de salud si no se practica con la preparación física y mental adecuada.


El trail running está en sus albores. Tanto que aún no existe una opinión consensuada sobre dónde empieza un ultratrail. Sin embargo, la International Trail-Running Association (ITRA) estima que comienza a partir de la distancia del maratón. Aunque no son los únicos, en las Islas, los dos más afamados y con mayor número de participantes son Transvulcania y Transgrancanaria. El primero, que se celebra en La Palma, es de 73 Km; el segundo traza una línea desde Agaete hasta Maspalomas que ronda los 125 Km. Para superar tales recorridos, los deportistas se someten a una exigencia física muy alta: el esfuerzo es casi hercúleo. 

Es difícil estimar la dureza de una carrera de ultradistancia, es un valor casi subjetivo. Pero en comparación con pruebas similares que transcurren por asfalto -que las hay- , se puede afirmar que el desgaste articular y muscular de correr por montaña es mayor. El continuo sube y baja al que se someten los atletas hace trabajar músculos distintos y eso fatiga el cuerpo. Se usan músculos distintos y eso hay que tenerlo en cuenta. Es necesario acostumbrarse. 

Javier González, médico especialista en Medicina del Deporte, se muestra crítico en este asunto: "la gran mayoría de personas se está introduciendo en la montaña sin tener las adaptaciones necesarias. Hay una progresión muy rápida y en un año, o en menos, ya quieren cubrir todas las distancias".

 El contínuo sube y baja fatiga


Para correr, no solo basta con correr. Como en cualquier otro deporte, para evitar lesiones hay que hacer trabajos específicos de técnica y fortalecimiento. El problema es que muchos los obvian por desconocimiento, falta de ganas o de tiempo. "Realizar esta serie de ejercicios [...] implica dedicarle más horas al entrenamiento. Así, vas restando tiempo a otras cosas", comenta González.

Una de las riquezas del ultrafondo es la enorme variedad de personas que lo practican, aunque el perfil típico es el de un hombre de en torno a los 40 años y con compromisos familiares. Aunque parezca extraño, la cuarentena es una buena edad para hacer un ultramaratón. Con el paso de los años, se pierde velocidad, pero se gana resistencia. Está médicamente comprobado.

Preparase este tipo de competiciones requiere tiempo, para la mayoría es complicado compaginar el entrenamiento con las obligaciones diarias, por lo que la manera de afrontar las carreras es clave. Hay quienes se las toman carreras como un mero divertimento, pero otros buscan competir. Esto por sí solo no es malo, pero puede acarrear riegos. González opina que habría que concienciar a los corredores aficionados sobre aceptar y valorar positivamente sus marcas. Si no, al intentar mejorarlas, y refiriéndose a la familia y a los amigos, aclara que "puede ser que se queden muchas cosas por el camino".

    

El abandono no es un fracaso


El abandono es el fantasma que persigue a los corredores. Nadie quiere acabar la competición antes de la meta. En cambio, en cuestión de salud, y acudiendo a la cita popular, una retirada a tiempo es una victoria. La organización de Transvulcania aportó el dato hace unas semanas: en la edición de 2014, el 17% de los participantes no logró terminar. Pero no hay que ver este porcentaje como un fracaso.González, que además ha hecho dos veces  el Maratón Des Sables y ha completado cinco Ironman, manifiesta que es importante dejar el evento antes de que lo ordenen los servicios médicos. Para él, cuando se llega a ese punto, ya se ha sobrepasado el límite. "Retirarse en ultramaratones puede ser de inteligentes", enfatiza.  

A pesar de esta cifra, no hay que pensar que estas pruebas están abiertas a cualquiera. En la mayoría de los casos hay que acreditar que se tiene la suficiente forma y experiencia para afrontarlas. La propia Transvulcania introdujo este año una medida de seguridad: los participantes de la distancia larga tienen que haber superado un recorrido de montaña de más de 40 kilómetros. Si no, es imposible inscribirse. El Ultra Trail du Mont Blanc (UTMB), el más importante del mundo, tiene un sistema clasificatorio: hay una lista de competiciones que otorgan de 1 a 4 puntos si se finalizan. Para aspirar al UTMB hay que obtener 8 puntos.

Hay una frase que siempre ha deambulado en el imaginario de los amantes de la naturaleza: a la montaña no hay que perderle el respeto. Es cierto, es un lugar al que acudir con cautela. No importa que se calcen botas o tenis, que se pasee o se corra, pero sí que no le faltemos el respeto ni al terreno ni a nosotros mismos. Ahora que el maratón se ha quedado corto, todo parece indicar que no hay que tener prisa para ir más allá de él. Merece la pena tener paciencia y recordar que se hace necesario cuidar del organismo para la carrera más larga y difícil, la vida. 

Proyecto Summit


Una de las principales dificultades que hay para determinar la bondad, o no, de la larga distancia, es que apenas hay estudios que aborden la materia. La literatura científica es escasa, y no por falta de curiosidad, sino porque la popularización de este deporte es bastante reciente. En España, una de las investigaciones más ambiciosas es la de la corredora y bioquímica Emma Roca. El Proyecto Summit, como especifica su página web, nace con la idea de averiguar si la población que practica deporte de larga distancia y gran intensidad tiene más riesgo de sufrir problemas de salud que la sedentaria y la que se ejercita de forma moderada.

La investigación, que contó con la colaboración del atleta Kilian Jornet, no ha  sido publicada aún y ha estado lastrada por la falta de una muestra representativa. Pese a esto, se han extraído algunas conclusiones interesantes: se ha averiguado que no todo el mundo tiene el corazón preparado para un ultramaratón. Además, Roca afirma que "hace falta un buen entrenamiento previo, una buena hidratación y un buen protocolo poscarrera para evitar que salte la alarma". 

Roca acostumbra a disputar varias carreras de ultraresistencia al año, pero admite que después del proyecto ha variado su parecer. "Veo que el cuerpo sufre y mucho. Vale la pena cuidarlo. No hay que hacer tantas carreras y es importante comer y descansar bien.También lo es saber si tu corazón está preparado para esfuerzos largos", recalca. 

lunes, 8 de junio de 2015

Por qué no corrí Transvulcania maratón

Es casualidad, pero mañana hará justo un mes desde que se celebró Transvulcania, la carrera que debería haber hecho y no hice. Durante este mes pocas veces he tenido tiempo para escribir esta entrada, y cuando lo he tenido, me han faltado ganas. Ya sabía que me esperaban unas semanas complicadas. Se me unía el trabajo, otros compromisos, los proyectos de clase y los exámenes, pero hoy me he hartado. En la Universidad, aunque parezca increíble, hay profesores que creen que la capacidad memorística es más importante que la razón o la lógica. Que me perdone el profesor, pero prefiero invertir mi tiempo en otra cosa. 


Fuente: 72 Kilos
No corrí Transvulcania porque me puse malo, pero expliquemos los antecedentes. En lo que a forma física se refiere, creo que llegaba mucho mejor que para mi primer maratón de montaña. Había logrado entrenar con más asiduidad y encontrar a un nuevo compañero de fatigas, más rápido que yo, que me había hecho coger un puntito de chispa que antes no tenía. Además, en la carrera que me había marcado como test me encontré bastante bien. Salí reservón y poco a poco apreté hasta acabar Pinolere Trail con la sensación de que podría haber dado más de mí. De eso se trataba. 

Aparte de la carrera en sí, me hacía mucha, pero mucha ilusión el día antes. TRAILRUNNINGReview iba a entrevistar a los corredores y yo también iba a hacerlo. Tengo el anhelo de poder vivir periodísticamente de esto, así que cuando me dieron la oportunidad de echarles una mano mis prioridades cambiaron: lo que menos me importaba era la carrera. Soy una persona fría, me cuesta expresar lo que siento, y a veces no valoro demasiado lo que logro, pero estar cerca de corredores como Ryan Sandes o Luis Alberto Hernando me hizo muy feliz. Durante el viernes previo a Transvulcania descubrí como trabajan los periodistas desde cerca y me encantó. También tuve una conversación con Depa que se me quedará grabada para siempre. Un periodista tiene que ser honesto, me dijo.

Para colmo, una casualidad hizo que me llamaran para comentar la retransmisión por streaming de Transvulcania. Flipé, sí. Fue algo inesperado, producto de estar en el lugar adecuado en el momento exacto, una de esas cosas que solo suceden una vez en la vida. En este aspecto, en el mediático por llamarlo de alguna forma, fue un fin de semana redondo. 

Antes de cenar el viernes ya me encontraba congestionado de la nariz. Es algo que me suele pasar, por lo que no le di mucha importancia. Lo tenía previsto así que llevaba unas tiras para la nariz por si acaso. Sin embargo, una vez en la cama, sobre las dos o tres de la madrugada, respiraba con muchos problemas. Nunca había tomado suplementos o vitaminas, pero esta vez para reforzar mis defensas y no caer enfermo la semana de la carrera lo hice. Cuando uno deja de entrenar las defensas se deprimen. Sin embargo, justo esa misma semana y no otra, mi hermano pequeño cogió la gripe. Me lo tomé a broma y no le di importancia, pero la verdad es que a la hora de levantarme para hacer el maratón tenía fiebre, dolor de cabeza y no podía respirar bien. 

Tenía bastante claro que en esas condiciones no iba a poder salir. De hecho, cuando solo notaba que me costaba respirar, ya se lo había advertido a mi pareja. Creo que sobre las cuatro de la madrugada decidí intentar dormir y esperar a ver cómo me encontraba más tarde, pero no mejoré. Me puse peor. Se lo dije a mis amigos y me comentaron que lo intentara o que fuera hasta la línea de salida y decidiera allí, pero no quería. Estaba realmente mal y solo quería dormir y descansar. Así que, aunque en el momento me costó, preferí quedarme en casa. De haber hecho lo contrario, yo y los que me rodean lo habrían pasado bastante mal. 

Tomé la decisión acertada. Fue duro, estaba allí para hacer la Transvulcania. Todas las horas de entrenamiento se quedarían en nada. Las horas que me había privado de sueño, que había robado a mi familia, a mis amigos y a mi pareja se quedarían en nada. Todo el esfuerzo quedaría en vano. Pero no hay que ponerse dramático, siempre he pensado que correr es un complemento de mi vida y no el motor. No corro porque sea rápido, sino porque me libera, y no necesito ponerme un dorsal para sentir eso. Es obvio, pero si pasan los años y sigo corriendo porque me gusta y no por otra cosa, habré tenido éxito. Esa es la carrera que quiero ganar.

Dicho todo esto, a La Palma volveremos. Seguro.