sábado, 13 de septiembre de 2014

Hoy no tocaba sufrir

Han pasado semanas desde mi última publicación y aunque quería hacer un diario de entrenamiento, se quedó en una simple nota suelta. El final del verano no ha sido fácil, las prácticas de empresa, cubrir partidos para Goles Messenger y el entrenamiento me han vaciado la mente, y eso afecta al resto. Pasé por dos semanas de preparación pésimas. Salía a correr, sí, pero no volvía a casa contento con lo hecho, sino más bien frustrado. Descansé dos días consecutivos y salí a probarme con el propósito de ganar confianza. Hice un recorrido de asfalto que "en forma" hago en hora y cuarto y ese día salió en hora y media. Las piernas iban, la mente no, corría cansado. La siguiente semana fue un calco, y en la tercera empecé a despertar del letargo.



                                                                          Fuente: Run To The Finish


Después de esos quince de días de espanto comencé a encontrarme bien y a poder entrenar con un mínimo de calidad y continuidad, e incluso el fin de semana hubo tiempo de hacer una salida de montaña de 30 kilómetros. Aún no era el momento de hacer esa tirada, en el plan no estaba establecido así, pero a veces el ansia de hacer y la cabezonería que me caracteriza empujan más que mi cerebro. Hecha la síntesis de tres semanas, llegamos al final de esta, la primera de septiembre. De nuevo, ha sido de mucho ajetreo, el lunes hicimos (el plural es aposta) un maratón entre La Laguna y la capital para arreglar papeleo, y en el resto he comenzado con las clases, aunque hemos podido entrenar. Sin embargo, lo trascendental estaba el sábado, con Diente de Sierra 2014, o lo que es lo mismo, el Campeonato de Canarias de carreras por montaña. 

La cita estaba fijada desde hace tiempo, por distancia (34 kilómetros) y localización temporal, era la prueba ideal para testar todo lo necesario para correr Cabra Trail. Me inscribí con la intención, y sin más motivación, de que fuese un entreno de calidad, pero adelantemos los acontecimientos y vayamos al final. Me retiré en el kilómetro 21, aproximadamente, y no por una causa mayor. Me entró flato. Suena ridículo, pero abandoné la carrera por un flato. Esta dolencia es habitual en corredores principiantes, molesta bastante, hasta tal punto que a veces no deja correr. No soy principiante, pero lo segundo sucedió tal cual. Es cierto, el flato se acaba pasando, pero después de haber caminado mucho sin mejoría alguna decidí dejarlo. Podría haber acabado si hubiese decidido caminar y mal correr lo que quedaba. Habría tenido tiempo para pasar el corte de meta, pero habría machacado mi cuerpo sin sentido.

No era el día para sufrir, no era el día para arriesgar y no era el día para lesionarme. Me sabe mal, muy mal, haber abandonado, y lo peor es que en parte me asusta, a pesar de estar bien, me asusta. De haber acabado habría sido un golpe de moral muy importante, un punto de confianza que necesito, pero hay momentos en los que hay que tomar la decisión acertada, aunque duela. Al final, buscaba un buen entreno y eso fue lo que encontré. Voy a tomarme esta relativa derrota con optimismo, pues creo que dentro de un mes, si me pasa lo mismo en medio de la batalla, apretaré los dientes y seguiré para adelante. Me quedan cuatro semanas de preparación muy duras, aunque ahora tengo más ganas de afrontarlas. 

Hasta aquí esta entrada, algo tosca, ramplona y muy egocéntrica. Otro día hablaremos de Diente de Sierra, pero dicen que escribir alivia las penas, y eso es lo que he hecho. 

4 comentarios:

  1. Animo amigo!!! No coincidimos ayer! A la próxima sin falta eh!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Ángel. La verdad es que en perspectiva fue una buena idea. Enhorabuena por tu carrera y sí, la próxima nos vemos. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Como ya te comenté, en las condiciones en las que te tocó correr, es casi mejor abandonar que terminar lamentando algo peor. Estas pruebas son eso, pruebas, el objetivo es otro, así que, ánimo y a por todas, que ya queda poco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que sí Sergio, creo que fue la decisión más sensata que pude tomar. Haber acabado y tardar cinco días en recuperar, o haberme lesionado, son situaciones que no me planteó ahora mismo. Muchas gracias por los ánimos, ya nos vamos acercando al objetivo. Un saludo.

      Eliminar