martes, 8 de octubre de 2013

"Hoy ni subes, ni bajas" - Vulcan Race 2013 -

Aún en la actualidad y de vez en cuando, alguien recuerda las historias heroicas de los espartanos, su grito de guerra se ha transformado en un grito de aliento para los que necesitan motivación o para los que la acaban de encontrar, su huella ha perdurado hasta nuestros días. El entrenamiento del ejército espartano comenzaba desde la infancia, se preparaban a conciencia para luchar, para sentir el dolor y seguir adelante. Su orgullo era su arma más valiosa, nunca se rendían y luchaban siempre hasta la extenuación.

La Vulcan Race de Garachico no fue la carrera esperada, aunque siendo honesto conmigo mismo era lo más previsible y no lo digo por la carrera en sí misma, sino por mí. Como ya dije, no iba con demasiadas expectativas y cuando vas en baja forma y con poca motivación, la primera subida te pone en tu sitio. No estaba nervioso antes de la salida, no suelo estarlo, pero siempre tengo ese cosquilleo en la barriga antes de salir. Es extraño, pero me gusta sentir esa tensión antes de la competición (la llamo así, aunque no compita), en cambio esta vez no la tuve y pudo ser el primer indicativo de que iba a ser una carrera un tanto extraña. 

Como en cualquier prueba los primeros metros se pasan rápido, entre bromas, zancadas largas y huidas por los laterales llegaron las primeras rampas fuertes, me las tomé con calma y las hice caminando. Creo que fue un error, cuando te presentas así a una carrera lo más fácil es que te dejes llevar y camines. Es una manía, quien me conoce sabe que me gusta caminar más bien poco, a veces me desespera y aunque sea una subida en la que no es útil hacerlo, trato de correr. Me di cuenta e intenté no acomodarme demasiado, pero mis intentos por seguir trotando mientras subía no llegaban demasiado lejos, no era el día. Aún así, seguí avanzando, incluso aceleré un poco. Hasta el kilómetro cinco me encontré bien. En ese punto me topé con Carlos (Clator Trail 3.7) y hablé un poco con él hasta que subió el ritmo. No pude seguir detrás, así que cambié la mentalidad. A partir de ahí fue otra historia, me centré en llegar a meta, aunque pensaba apretar en la bajada, pero tampoco iba bien: "¡Chico, hoy ni subes, ni bajas!". 

Necesito sentirme motivado y con ganas para poder esforzarme, pero el pasado sábado no apareció ni la motivación, ni las ganas. No tengo ese carácter que tira de orgullo y lo acaba haciendo bien aunque sufra en el empeño, no soy un espartano. Si de verdad no me encuentro con fuerza, prefiero dejarlo. Me tomé el resto de la carrera como un "paseo", corriendo cuando me apetecía, parando con calma en los avituallamientos, intentando charlar con algún corredor, saludando a los aficionados... Lo dicho, hice una carrera diferente, y la verdad es que me gustó, pero no puedo obviar esa pequeña decepción que tuve conmigo mismo. 

Lo mejor es que pude sacar varias conclusiones, deportivas y no deportivas. No puedes ir a una carrera pensando que va a ser "un paseo", si vas con esa mentalidad lo pasarás mal. Si no me encuentro "en forma" es mejor no ir, da igual que haya pagado la inscripción, que vayan mis amigos, o que me hayan hablado muy bien de la prueba, es mejor no ir a participar. Estoy orgulloso de practicar este deporte porque somos un gran grupo de amigos. Cuando crucé la meta se acercaron para hablar varios de ellos, esos que ves de carrera en carrera, pero que siempre están ahí. 

Me gustaría destacar a la organización, tenía alguna que otra duda, principalmente por el precio de la inscripción (5 u 8€), bastante más bajo de lo que acostumbran las carreras por montaña. Sin embargo, no eché en falta absolutamente nada. Una bolsa del corredor ajustada, pero que vale la pena, estoy seguro de que la camisa conmemorativa durará más de un entrenamiento. El ambiente fue excepcional y no tengo queja del balizamiento, y a eso pude estar muy atento. En mi opinión, para este tipo de eventos el voluntariado es una opción ideal, se nota en muchas cosas. Me encantan los avituallamientos en los que la gente te anima y se preocupa por ayudarte en lo que necesites, las ganas e ilusión desinteresadas se agradecen en ese momento. Enhorabuena a Garachico, a todos los voluntarios y a Basilio Bravo y su gente. 



Aquí está la explicación del inicio épico de esta entrada


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