lunes, 16 de marzo de 2015

Vendetta (III y IV)

No voy a ocultar la realidad, no hay por qué hacerlo. En cuestión de entrenamientos, mis dos últimas semanas han sido muy flojas. La primera, la que más se aleja de esta, "un virus que anda" se dio un paseo por mi casa y poco a poco fue afectándonos a todos. Me puedo dar por satisfecho, será que correr aumenta las defensas, de cuatro personas, fui el menos perjudicado. Aún así, no me apetecía hacer deporte con la nariz taponada y el pecho cargado. La apnea no me convence. La semana pasada entrené dos días: una salida por asfalto y otra por montaña. Ya está.

Los primeros siete días de la discordia empezaron con una sesión de series cortas. Hice seis que rondaban los 45 segundos y otras dos más largas de dos minutos y medio. Después de la salida de montaña del domingo me notaba cansado, y me costaba mucho esprintar. Sin embargo, en las más largas sí que pude mantener una cadencia decente y nada desdeñable. Mis capacidades físicas me hacen ser lento para distancias cortas, pero seguro de ahí para adelante. Tractorismo lo llaman. Una vez escuché en la narración de un partido de fútbol que el músculo que más interviene en el esprint es el isquiotibial. No lo he investigado con profundidad, pero creo que el comentario tiene razón. El miércoles no sentía la parte trasera de los muslos. Un dolor, una de lamentos... En esas circusntancias, el rodaje de asfalto fue de 12 kilómetros a ritmo suave. Muy suave. 

El jueves por la mañana empece a notar el dolor de garganta y por la tarde ya me costaba bastante respirar. Estuve así hasta el martes de la semana siguiente, pero el lunes tuve que salir. Con esa sensación de apatía que te dejan los procesos virales me fui a hacer 15 kilómetros. Lo sé, tendría que haber hecho menos, empezar de menos a más, pero a veces soy un poco cabezón. Me puse música y en modo zombie acabé el recorrido. Muerto, pero para mi sorpresa, más rápido de lo normal. El miércoles aproveché que no tenía clase para subir al monte. Hice junto con Don Dormilón 16 kilómetros reconociendo parte del terreno de la Pinolere Trail. Al final, hemos elegido esta carrera como test antes de Transvulcania. El jueves el puzle de horarios se fue al traste y no entrené. Pensaba hacer rodillo como último remedio, pero tampoco pude. Para concluir la semana la opción era salir un poco antes de clase el viernes y apurar el almuerzo para entrenar. Pero maldito de mí, me dejé la cartera en casa y tuve que esperar en la Universidad por un amigo. 

Este fin de semana no iba a entrenar. Eso lo tenía claro. Después de mucho encontramos el momento adecuado para tomarnos una pausa. Pasé el finde en un apartamento, descansando, pasándolo bien, sin hacer nada. Podría haberme llevado los tenis y correr un poco, pero siempre he dicho que hay que establecer prioridades y en ese momento correr era de las últimas. Además, este descanso me ha recargado las pilas.

No sé si me arrepentiré de estas dos semanas de semiparón, creo que no, pero tengo esa naif sensación de remordimiento. Aunque con suerte, desaparecerá pronto. Es más, ya no la tengo, hoy ha tocado fartleck. 

Resumen semana III

Lunes: calentamiento + 6 series 45 '' + 2 series 2'30'' + vuelta a la calma (8,71 Km)

Martes: free

Miércoles: rodaje de asfalto ( 12,45 Km-1:08:13)

Jueves: out

Viernes: out

Sábado: out

Domingo: out

Total semanal en kilómetros: 21,16
Total semanal en horas: 2:30

- - 

Semana IV 

Lunes: rodaje de asfalto (15,52 km-1:21:23)

Martes: free

Miércoles: salida por montaña (16,85 Km-2:40:24)

Jueves: out 

Viernes: free

Sábado: free

Domingo: free 

Total semanal en kilómetros: 32,37
Total semanal en horas: 4:02

4 comentarios:

  1. Estas semanas se parecen a las mias. Son las mejores. Jejejeje.

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    1. En realidad, algo se saca de ellas. No todo es malo. Un abrazo maestro.

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  2. No somos profesionales y no vivimos de esto por lo que a veces no podemos hacer todo lo que nos gustaría. En fin, es lo que hay y hay que aprender a vivir con ello y si en carrera toca aflojar un poco pues se afloja. Venga, que ya no queda nada para esa Transvulcania.

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    1. Exacto, tienes toda la razón. Hay que aprender a vivir con ello y entender que el deporte es un complemento de nuestras vidas. A veces hay que tragarse un poco el orgullo. Cuídate Sergio y muchas gracias.

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