sábado, 3 de enero de 2015

La delgada línea

Hay un línea muy delgada que divide el deber del querer. Ahora mismo, debería estar haciendo un resumen sobre la comunicación institucional en situaciones de crisis, pero no quiero. Lo haré, evidentemente, porque mi futuro depende de mis estudios y porque, en el fondo, el tema me gusta. Esto viene a cuento porque hace casi un mes empecé a ir al gimnasio, pero lo dejé.


Fuente: So Funny Gifs

El objetivo para 2015 es correr el maratón de Transvulcania. Eso la primera parte del año, para la segunda, más que un reto, hay un sueño que viene en clave de 24 horas. Pero ya se verá. Este maratón será duro, y más ahora que han quitado un avituallamiento. Abro paréntesis: el primer avituallamiento está en el kilómetro 7 después de una tramo facilillo, ¿quién va a parar ahí? Todos, hay que hacerlo, el siguiente está a algo más de 13 kilómetros, en Pico de la Cruz. Antes había uno intermedio, Pico de la Nieve, en el kilómetro 16, pero con el afán naif de hacer "una carrera más exigente y segura" se lo han cargado. En fin. Cierro paréntesis. El caso es que una vez que lleguemos al Roque de los Muchachos habrá una larga y dura bajada hasta la meta en Tazacorte. Tengo una idea fija: hay que fortalecer la musculatura si no queremos desfondar a la mitad. 

Para eso me apunté al gimnasio. A uno de barrio, el que me queda cerca, lleno de máquinas de tortura y con música infernal a todo volumen. Fui el primer día, un miércoles anodino, y la monitora me dijo que empezara haciendo hombros. Así, sin calentar: cuatro series de 15 repeticiones sin peso. La primera bien, la segunda regular, ¿la tercera? "Pero qué hago subiendo y bajando una mancuerna. Me aburro". La cuarta: "Venga Bryan, esto te irá bien para mejor la postura corporal y la técnica de carrera (...) ¡Sigue nenaza, mira al piernas de pollo ese!". El resto de la visita no fue muy diferente: primero me decía que todo iba bien, luego entraba en crisis, después me autoengañaba y, al final, buscaba cualquier motivo absurdo para terminar la dichosa cuarta serie. 

No soy gandúl y tengo bastante fuerza de voluntad, pero cuando algo no me gusta... Tendría que haber ido la semana siguiente al gimnasio de nuevo, pero no volví. Yo no hago deporte por mejorar mis tiempo o por llegar más alto, lo hago por que me siento bien. Claro que me gusta ser rápido y superarme, pero no a costa de tener que pasarlo mal innecesariamente. Entreno y sufro como el que más, pero cuando es necesario. Soy capaz de morir en un fartleck o llegar al colapso en cuesta si es preciso, pero no me pidas que suba y baje una mancuerna para ejercitar los hombros. Eso no me motiva. Prefiero subirme a la bici en un rodillo y creerme Contador antes que eso. La vida ya es lo bastante complicada como para hacer que el deporte también sea un desquicio. Si tengo que hacer algo que no me gusta, que sea en mis estudios o en mi trabajo, pero no en lo que me apasiona.  

Es lo que he aprendido en 2014, que la línea entre el deber y el querer es muy delgada, pero que prefiero caerme hacia el lado del querer. Podría ir al gimnasio sí, y llevar un entrenamiento metódico y concienzudo, pero ahora mismo, con 21 años, no quiero eso. Ya habrá vida para mejorar los tiempos. Esto no quiere decir que ahora me vaya a convertir un viva la vida -cosa muy respetable- y no vaya a prepararme bien para Transvulcania, sino lo contrario. Me entrenaré más y mejor porque quiero disfrutar de la experiencia, pero si tengo que fortalecer mis piernas iré a escalar o a montar en bici, porque eso me llena, no subir y bajar una mancuerna. 


4 comentarios:

  1. Gran entrada y coincido en todas tus palabras! Levantar hierros es de todo menos divertido, mejor que nos pongan una montaña delante con la simple orden de "sube y baja" que nos lo pasamos mejor.
    Saludos!

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    1. Hay que pensar en si nos lo estamos pasando bien o no. Se trata de disfrutar.

      El otro día me pasé por tu blog, mucho ánimo con tus objetivos para 2015.

      Un abrazo y gracias por el comentario.

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  2. Hola Brian
    Me pasaba exactamente lo mismo que a ti. Hace un año empecé a ir al gimnasio...y me aburrí. Por la misma razón que tú. Me gusta salir a correr, nadar, badminton, escalar, las clases de baile, el senderismo...Ahora me dabas una mancuerda o algo y lo hacía si, pero no disfruaba.
    En Septiembre me volví a apuntar. Y me gustó. Mucho. ¿La diferencia? El entrenamiento. Porque el entrenamiento que me pusieron era para subir más y más peso cada vez. Poco a poco te notas más fuerte. ¿Me gusta? No me apasiona, la verdad, porque para mi es hacer ejercicio y a mi me gusta hacer deporte pero...Luego salgo a correr, hago 6 kms nadando y se nota la mejoría, la fuera. Eh, pero cuando no tengo ganas, no voy, que conste. Yo soy y he sido toda mi vida deportista, a mi me gusta el deporte, no el ejercicio, pero ha llegado un punto en el que ver que cada día soy un poco más fuerte se ha convertido en pequeños logros. Igual que cuando hice mi primera carrera, mi primera distancia larga o mi primera media. Son logros.
    También te digo una cosa: no hagas caso a los monitores de gimnasio porque ponen tablas generales y no te hacen un estudio personalizado ¿Quieres ganar fuerza? Pillate un entrenador (si tienes dinero) y sino, no vuelvas al gimnasio. Porque para hacer unos abdominales, unos fondos de triceps y algún ejercicio más, no hace falta ir al gimnasio: una esterilla en casa y un par de botellas de agua de dos litros en casa y ya está :)
    Un saludo
    P.D: ¿estudias periodismo? :)

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    1. Hola Cristina, gracias por pasarte por primera vez por aquí.

      Es cierto que para los que acostumbramos a hacer deporte al aire libre ir al gimnasio cuesta un poco más, pero sí, la diferencia está en tener un objetivo y un método claro, y a un buen entrenador. Hay gimnasios por mi zona que tienen un concepto más moderno y divertido del entrenamiento, pero son más caros.

      De cualquier forma, como digo, y como bien dices, sé que para mejorar debería ir al gimnasio, pero no es eso lo quiero quiero ahora. Me alegro mucho por tus progresos, que espero que sigan.

      Sí, estudio Periodismo Cristina. Muchas gracias por tu aportación.

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