domingo, 15 de mayo de 2016

Sortear obstáculos

Soy un corredor inusual. No necesito ir a carreras para sentir que lo soy, me basta con salir a correr.
Me gusta la adrenalina de la competición, pero eso no es suficiente para mí. Si a partir de hoy no se hiciese ninguna carrera más, creo que no me importaría. Yo seguiría dando zancadas.
                                                                                           Ilustración: 72 Kilos.

Esa parte la tengo clara, pero a veces tengo días malos. Sin tremendismos, ¿eh? Desde el verano pasado llevo arrastrando una alergia que me trae de cabeza.
Va por rachas: unos días bien, unos días mal. Algunos no siento nada, pero otros, como el de hoy, me duele hasta respirar. Bien, yo, corredor y ciclista aprendiz, me amargo en esos días.
No soy el más rápido de mi barrio, aunque tampoco el más lento. Pero verán, cuando la alergia viene fuerte, sí soy el más lento. Lo peor no es eso, no pasa nada por ir más despacio que nadie, sino que me lo creo. Y nadie es el más lento de ningún sitio.
Cuando me atrevo a salir a correr con alergia solo me centro en lo malo. Qué asfixiado estoy. Qué mal estoy corriendo. Qué poco aguante tengo. Me tendría que haber quedado en casa... Y así hasta que me paro en seco o doy media vuelta.
Es terriblemente frustrante querer dar más de ti y no poder. Es como si te ataran una cuerda y tiraran de ella cada vez que quisieras avanzar. Menuda impotencia.
He aprendido a tomármelo con filosofía. Pienso que esos días me hacen más fuerte. Y al final y al cabo, hay gente por ahí con cosas peores que se queja menos. Cuando no puedo hacer deporte como me gustaría, me resigno y ya está. Sin darle más vueltas.
El problema es que vuelvo a casa con una media sonrisa que no me gusta. Cada vez que paso por esto me digo a mí mismo que debería relajarme, tomarme el correr de otra manera y no forzarme. No le debo nada a nadie y mucho menos en el deporte.
Pero eso no puede ser. Me debo a mí mismo seguir sorteando obstáculos. Si me dejo vencer por una simple alergia, ¿qué me va a derribar la próxima vez?

No hay comentarios:

Publicar un comentario